sLos defectos refractivos y su solución

El ojo es un sistema refractivo perfecto formado a base de lentes, cuando por algún motivo, ya sea por el tamaño o longitud del ojo o por la curvatura de las lentes, no se consiguen enfocar las imágenes en retina, aparece lo que llamamos defectos refractivos. Estos defectos refractivos afectan a nuestra visión y nos obligan a utilizar gafas o lentes de contacto para conseguir una visión correcta.

¿Qué defectos refractivos conocemos? 

Los defectos refractivos son: miopía, hipermetropía y astigmatismo. A veces cuesta darse cuenta de que estamos padeciendo alguno o varios de estos defectos, por lo que saber como se manifiestan nos ayudará a detectarlos fácilmente. 

Miopía: es el defecto de la refracción que nos provoca borrosidad en la visión de los objetos lejanos, sin embargo sí vemos con claridad los objetos más cercanos. 

Hipermetropía: en este caso somos capaces de ver bien los objetos lejanos, pero no así los que están situados cerca. 

Astigmatismo: aquí no depende de las distancias, el astigmatismo nos produce una distorsión de la imagen a cualquier distancia, lo que ocasiona una visión borrosa en general.

¿De qué soluciones disponemos? 

Una vez detectado el defecto y tras obtener el diagnóstico de nuestros oftalmólogos, la primera solución, y la más habitual es recurrir al uso de gafas o lentillas. No todos los pacientes consiguen adaptarse a usar gafas de forma habitual ni a la correcta manipulación de las lentes de contacto. 

Hoy en día la solución definitiva a estos defectos es la cirugía refractiva, que se ocupa de corregir y mejorar la visión. Llamamos cirugía refractiva a todos aquellos procesos o tratamientos quirúrgicos cuya finalidad sea corregir los defectos refractivos del paciente. Dentro de la cirugía refractiva existen diversas técnicas quirúrgicas para tratar de forma fiable y segura los defectos refractivos, que se aplicarán en función de la graduación y características de cada paciente y los parámetros oculares particulares de cada caso.

El Lasik, las lentes intraoculares fáquicas (ICL), o las lentes intraoculares afáquicas, son algunas de las técnicas más habituales. 

Todos los tratamientos son personalizados, permitiéndonos individualizarlos a cada caso concreto.