Dos veces al año se realiza un cambio horario con el objetivo de ahorrar recursos energéticos. En marzo, se realiza el cambio al horario de verano, en que cuando son las 3:00h a.m. de la mañana reales, se pasa a las 2:00h am, es decir, contamos con una hora menos. En octubre se realiza el cambio al horario de invierno, al contrario, disponiendo de una hora más. Más allá de sus posibles beneficios o desventajas económicas, parece ser que el cambio de horario también tiene efectos sobre nuestra salud, incluida nuestra visión.

Desde Oftalmoplus, expertos en cirugía refractiva en Barcelona, os explicamos cómo y por qué el cambio horario puede afectar a nuestra visión y qué podemos hacer para contar con una vista perfecta durante todo el año.

¿Qué sucede cuando cambiamos al horario de invierno?

A medida que se acerca el invierno, las horas de luz solar se van reduciendo, ya que la Tierra se halla en la zona más ovalada de su trayectoria de traslación, es decir, más alejada respecto al sol. 

Esta medida tiene como objetivo reducir el gasto energético al aprovechar durante más tiempo las horas de luz durante los horarios más habituales de trabajo, lo que supone un beneficio para ciertos sectores, como las oficinas, las comunicaciones, los comercios o el transporte.

¿Qué efectos puede tener el cambio horario en nuestra visión?

Como hemos señalado, en otoño e invierno se produce un cambio muy significativo de la duración y la intensidad de la luz solar, la cual es muy importante no solo porque facilita una mejor visión, sino también porque le aporta nutrientes necesarios para su salud.

Además, a esta falta de luz solar, se le añaden situaciones distintas a las que los ojos deben adaptarse, por lo que esto puede generar los problemas siguientes:

Fatiga ocular

A causa de que en esta época tenemos menos horas de luz natural, irremediablemente estamos más expuestos a la luz artificial. Las luces nunca deben ser demasiado cálidas, ni fluorescentes, ya que estas pueden parpadear y provocar fatiga ocular. También deberemos evitar tener un ambiente con sombras.

Si utilizamos gafas, es importante que dispongan de antireflectante, ya que la luz artificial puede provocar muchos reflejos que interfieran en nuestra visión. 

Asimismo, debemos tener en cuenta que si trabajamos con pantallas o las utilizamos frecuentemente, estas desprenden luz azul que puede fatigar nuestros ojos.

Sequedad ocular

La sequedad ocular se produce cuando se da una falta de hidratación del globo ocular. En esta época, si trabajamos con ordenador, unido a la falta de luz natural, nuestros ojos podrán verse resentidos al parpadear menos. 

A medida que llega el frío y hay más horas de oscuridad, también podemos tender a utilizar más la calefacción (que reseca el ambiente) por lo que es beneficioso hacer uso de lágrima artificial y humidificadores.

Empeoramiento de afecciones oculares previas

Si padecemos afecciones como problemas refractivos (miopía, hipermetropía, astigmatismo) u otros problemas de visión (glaucoma, presbicia…) esta falta de luz natural puede llevarnos a forzar más los ojos para ver, y empeorar su situación.

Además, debido a que la intensidad de la luz del sol es menor, muchas personas olvidan o desconocen la importancia de seguir protegiéndose los ojos con gafas de sol al estar expuestos a él. 

Si deseáis saber más acerca de otros problemas de visión y cómo actuar, os recomendamos seguir los artículos de nuestro blog y consultar nuestros servicios, y os invitamos a poneros en contacto con nosotros sin compromiso.